domingo, 4 de septiembre de 2016

G-20 EE.UU. y China dan un paso al frente contra el cambio climático



Ratificaron oficialmente el acuerdo de París y llamaron a otros países a sumarse

Estados Unidos y China, los dos países más industrializados y que más contaminan del mundo, anunciaron ayer la ratificación del histórico acuerdo de París sobre cambio climático, cuyas firmas podrían arrastrar la ratificación de otros gobiernos para su pronta entrada en vigor.

"Creo que al final se demostrará que ese fue un punto de inflexión para nuestro planeta", dijo el presidente norteamericano, Barack Obama, sobre el acuerdo de diciembre en París.

Obama y su par chino, Xi Jinping, oficializaron la ratificación del acuerdo en la ciudad china de Hangzhou, al margen de la cumbre G-20 de países desarrollados y emergentes, con la entrega de los documentos correspondientes al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

"Esta no es una pelea que ningún país, por poderoso que sea, pueda librar solo", dijo Obama.

En tanto, Xi dijo esperar que más países se sumen a la iniciativa.

"Nuestra respuesta al cambio climático se basa en el futuro de nuestro pueblo y el bienestar de la humanidad", agregó.

El acuerdo de París tiene el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a un máximo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales.

Para que entre en vigor en 2020, como está previsto, debe ser ratificado por al menos 55 países que representen el 55% de las emisiones mundiales.

Estados Unidos y China suman el 40% de todas las emisiones.

El gigante asiático, que produce más del 70% de su energía a partir del carbón, es responsable por sí sola del 24% del total.

Hasta ahora 24 países habían ratificado el acuerdo, pero en su mayoría eran pequeños Estados insulares que representaban sólo una pequeña parte de las emisiones (1,08%).

Según la Casa Blanca, Obama aprovechará la cumbre del G-20 para alentar a otros países, en particular la India, a ratificar el tratado.

El "efecto llamada" podría acelerar la entrada en vigor de un texto que según el instituto Climate Analytics, 34 países, entre ellos Brasil, Canadá, Indonesia y Japón, habrán ratificado antes de fin de año.

China es el país que más invierte en energía solar, pero al mismo tiempo las autoridades siguen aprobando la construcción de centrales de carbón, con por lo menos 150 proyectos lanzados en 2015.

Entre 2004 y 2014, China duplicó el consumo de carbón, que alimenta su persistente problema de contaminación.

Es el caso de Hangzhou, donde para garantizar un cielo azul durante la cumbre del G-20 las autoridades obligaron a cerrar durante dos semanas las fábricas en un radio de 300 kilómetros. Y aún así el tema tampoco quedó resuelto.

La concentración de las peligrosas partículas en suspensión (PM 2,5) era ayer entre cuatro y seis veces superior al límite establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según la ONG Climate Transparency, para alcanzar el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global en no más de 2°C de aquí a 2030, las grandes potencias tendrán que multiplicar al menos por seis sus objetivos actuales de reducción de emisiones.

Una de las cuestiones clave es la de las subvenciones a las energías fósiles, que muchos gobiernos siguen otorgando.

"Hablar de triunfo en París y continuar dando generosas subvenciones no sería compatible" con al acuerdo e incluso es "hipócrita", denunció Li Shuo, un experto climático de Greenpeace.

Pero la aplicación de los acuerdos de París interesa no sólo a los gobiernos, sino también al sector privado.

Un grupo de instituciones y empresas que representan US$ 13 billones en inversiones pidieron al G-20 que lo ratifique para evitar los riesgos económicos relacionados con el cambio climático, como inundaciones, sequía o la subida del nivel del mar.

Agencias AFP, DPA y EFE

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